Todos tenemos dos mundos que vivir, nutrir y desarrollar.
Esta el mundo interior y esta el mundo exterior.
El mundo exterior tiene leyes que hay que respetar y seguir para vivir en armonía con otros, para poner el pan en la mesa, y para tener una valida contribución social.
Igualmente, el mundo interior tiene leyes que hay seguir para mantener la salud del cuerpo, para mantener la mente tranquila, y usar nuestras emociones hacia la inspiración y la armonía con nosotros mismos.
Todos tenemos estos dos mundos, sin embargo la mujer tiene una aptitud, una flexibilidad y una humildad para conectarse con el mundo interior.
La mujer tiene la capacidad de generar en su interior una proyección que forma el mundo exterior. Es ella, por ejemplo, la que tiene la capacidad física de “dar a luz”, una nueva vida, un nuevo ser. Es por ella que los hombres se inspiran a ser mejores hombres, padres y esposos.
Es a partir del interior femenino que el mundo exterior se gesta.
Si, tal vez esta afirmación suene con mucho peso. Pero si reflexionamos en el desarrollo de las culturas, es una madre, o una esposa, o una hija la que demuestra actos de generosidad, de cuidado, de sacrificio y de poder que inspiran a otros a mejorarse.
Es ahora que hay una necesidad social y personal de cada mujer, sin importar la edad o la condición social, de reconocer que ella es el centro de una creación.
Es por medio de nosotras que la raza continua,
todos los hombres han nacido del vientre de una mujer,
y todos los hombres han sido educados y alimentados por una mujer,
y es esa mujer la responsable de como ese hombre va a tratar a su esposa, a sus hijas, y a sus hermanas.
Es por medio de nosotras que los hombres son educados.
Si, es una responsabilidad muy grande la de desarrollar toda una sociedad a partir del reconocimiento de los valores internos, pero es en estos momentos del desarrollo mundial en que se hace un llamado al poder femenino.
El problema esta en que la mujer no ha reconocido el poder de su mundo interior y el impacto que hace en el mundo exterior. Si cada una de nosotras tomamos aunque sea 20% de esta responsabilidad, no habría abusos, no habría confusiones, no habría discusiones.
Los hombres han tratado de traer armonía a nuestro mundo, y sus esfuerzos son casi inútiles si nosotras no aplicamos nuestro poder en nosotras mismas y en nuestras familias.
Es a través de nuestra seguridad personal, es a través de la decisión de tomar nuestro poder, y es a través de nuestro auto respeto, en que podemos brindar armonía al mundo interior y exterior.
Como pasa la derrota del mundo interior de la mujer
Hay varios puntos a contemplar cuando reflexionamos que es lo que hace en la mujer perder su fuerza, su lucidez y su impacto positivo en su medio ambiente.
1.- Vivir demasiado tiempo bajo los patrones del mundo exterior.
El mundo exterior con sus demandas diarias puede ser muy atractivo para distraerse. Cuando la mujer enfoca mas del 40% de su energía en alimentar la parte exterior de ella, por ejemplo como ella luce, como ella se proyecta en sociedad, como ella piensa, como ella produce, es entonces cuando que queda atrapada en un circulo de producción, o un circulo de explotación.
Esta posición ante la vida hace a la mujer superficial y a la deriva de las demandas del mundo exterior. Hace sentir a la mujer rabiosa, resentida y sin fuerza interior.
2.- Compararse con otros(as)
Cada persona, tiene individualidad y es única.
Cada persona es una expresión perfecta, en y con, sus diferencias.
Cuando la mujer se compara con otras, a cualquier nivel, pierde su fundacion interior. Queda absorbida y paralizada con el que dirán. Queda desinflada con el hecho de no poder ser igual a otros. Queda resentida de no satisfacer las demandas de otros. Entra en una competición sin salida.
3.- No tener un ancla interior
No tener 30 minutes diarios en silencio y con uno mismo, hace difícil para la mujer (o para cualquier persona) dirigir su vida. Sin ese tiempo de quietud física y mental estamos a la deriva de la avalancha de información que el mundo exterior ofrece. Perdemos una base personal, perdemos una comunicación básica que ofrece dirección, contenido y calma ante los cambios inevitables de la vida.
4.-Dramatizar
Una de las desventajas de nuestro cuerpo emocional es mirar un grano de arroz como una tonelada de trigo. Es necesario para mantener una actitud neutral, la de revisar cuales son los hechos de las circunstancias que nos molestan, cuales son los factores que están enfrente de nosotros y cuales estamos inventando para mantener una posición de víctima, de irresponsabilidad, de culpa y de miedo.
En mis 30 años de experiencia trabajando con mujeres, este es un punto de iniciación hacia la responsabilidad de ser creadores de sus experiencias.
Cuando dejamos el drama, entra una lucidez personal.
Dejamos atrás las quejas, dejamos atrás las expectativas de que otros nos hagan felices y dejamos atrás la esperanza de que otros hagan por nosotras lo que nosotras necesitamos decidir.
5.-Falta de Auto-calificación.
Una auto-calificación es reconocer con uno mismo cuales son las cualidades que tenemos a nivel físico, mental y emocional. Una calificación personal conduce naturalmente a mostrar a otros de una manera simple, constante y humilde lo que somos y lo que podemos ofrecer. Por ejemplo, si yo se que tengo una habilidad artística pero no la cultivo, no la reconozco, no la ofrezco, es entonces cuando pierdo un punto de referencia para verme, para reafirmarme y para saber que es lo que puedo ofrecer al mundo exterior.
La falta de auto calificación es un síntoma del ego.
Es una manera de mantenernos pequeños, es una manera de minar nuestra auto estima, es una manera de mantener ser manipulada por nuestras propias expectativas y juicios. Es un ego reducido, es un ego con un carácter de mendigo, buscando que otros nos reconozcan, nos alhajen y nos den esa calificación que es la base de nuestra dignidad.
Cuando se contemplan concientemente estos 5 puntos y se aplican sus enseñanzas en nuestras vidas, se inicia un paso hacia la sanacion de nuestro poder personal.
Cuando ponemos nuestro pies en la tierra, cuando optamos por caminar con nuestra columna vertebral erecta, cuando interactuamos con otros con una sonrisa y cuando proyectamos nuestra seguridad interior, nuestro mundo brilla y servimos a otros como inspiración y punto de referencia.
Cuando vibramos nuestra presencia con una seguridad relajada, sabemos cuales son nuestros limites, sabemos como decir no, sabemos como aceptar, sabemos como perdonar, sabemos que y quien es real, sabemos nuestras necesidades y aceptamos nuestras decisiones.
Cuando, dramatizamos, comparamos, juzgamos, postergamos nace un mundo interno y externo lleno de envidias, superficialidades, competición, abandono y violencia. Cuando entramos en ese mundo, perdemos energía, tomamos a pecho las circunstancias de la vida, perdemos flexibilidad, perdemos dirección y perdemos el regalo de actuar con la belleza y la ternura característica de nuestra feminidad.
Tenemos que aprender que si hay una relación interna honesta, todas las respuestas de comportamiento, todas las soluciones emocionales y todos conflictos mentales se evaporan enfrente de esa presencia.
Hasta ahora, no he encontrado una mujer que no sepa exactamente que es lo que siente y que es lo que debe hacer. Uno de nuestros regalos de ser mujer es de tener ese barómetro intuitivo. El secreto es en escucharlo y en no polucionarlo con justificaciones, excusas y quejas.
El secreto es en defenderlo con valor, y no negociarlo mas bajo de lo que es.
El secreto es en no postergarlo y en no decorarlo con culpas y miedos.
Es en este mes de Mayo en que se supone el mundo celebra nuestra existencia y nuestros valores. En realidad, esta celebración es valida únicamente si cada mujer la representa al nivel de su máxima capacidad.
Ya sea en la familia, en el trabajo o consigo misma. Siempre hay un punto de entrada para recobrar la dignidad, el respeto y el poder que cada mujer tiene y se merece.
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